Especialistas de Northwestern, en Illinois (EE.UU.), han confirmado el efecto biológico que tiene la música sobre el sistema nervioso de los niños.
Según se señala en el trabajo, publicado en la revista The Journal of Neuroscience, dos años de clase de música contribuyen a mejorar la precisión con la que los cerebros en desarrollo distinguen sonidos similares del habla, en un proceso que se vincula a las habilidades de lectura y lenguaje.
Nina Kraus, profesora de la Escuela de Comunicación y Neurobiología y Fisiología en Northwestern, señala que las clases de música tienen la capacidad de remodelar el cerebro de los niños, mejorando el procesamiento del sonido.
Para llegar a estas conclusiones se involucró a niños de entre 6 y 9 años que participan en el proyecto Harmony, una iniciativa que lleva más de una década proporcionando clases de música gratuitas a niños de Los Ángeles (California).
Para evaluar sus cambios se utilizó una sonda neural rápida, pero de gran alcance, lo que permitió a los expertos calibrar el procesamiento del habla con una gran precisión.
Como consecuencia de los cambios apreciados, Kraus afirma que “la música puede tener un impacto profundo y permanente en la escuela y el aprendizaje”.
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