Hoy tenemos el honor de entrevistar en nuestro blog al compositor y director Ferrer Ferran.
El Regalo Musical ¿Cómo se inició en la música?
Ferrer Ferran Yo vengo de tradición musical, mi padre era músico, un músico de los de aquella época de los años 60, músico de “orquestina” que sobrevivían tocando en bailes, etc. Mis dos hermanos mayores también son músicos y yo al ser el más pequeño…, pues no iba a ser menos.
Siempre desde joven y cuando empecé a tocar el piano recuerdo improvisar canciones, temas o motivos, de esto te hablo cuando tenía 8 años.
Supongo que desde entonces ya tenía la necesidad de crear, de inventar o de pronunciarme con el lenguaje de la música…
Yo hice mi carrera como todos los estudiantes del momento, comencé con el piano, en breve me incorporé a la banda con el bombardino y más adelante fue la percusión la que también estudié. Me titulé en piano y percusión.
A su vez continuaba los estudios teóricos de todo lo que se nos ofrecía en el conservatorio, armonía, contrapunto, composición, dirección, todo lo que había. Yo curso tras curso iba haciendo y todo lo estudié.
Mis primeros contactos profesionales fueron como intérprete de piano, paralelamente llevaba el tema de la dirección que desde los 15 años comencé a dirigir la banda juvenil donde yo era músico y a los 18 ya me atreví a dirigir una banda fuera de mi entorno estudiantil. Aunque la predilección, por ese momento, era el piano como instrumento en la cual desarrollaba una actividad profesional. Recuerdo recorrer toda le geografía española haciendo mucha música de cámara.
Del mismo modo a los 18 años ingresé como profesor en el conservatorio, lo cual llevaba la docencia paralelamente. De ahí surgieron viajes al extranjero para formarme como compositor y director, viajes de ida y venida, porque mi actividad en el conservatorio no me permitía estancias largas. Y con esto me forme con muchos profesores, donde la música la veían y trataban de diversas formas, lo cual toda esta enseñanza fue necesaria para yo cultivar un pensamiento musical propio.
Si tuviera que citar algún profesor que me abrió la mente musical por un camino diverso a lo conocido, este fue el holandés Jef Penders, de él aprendí, disciplina, seriedad, amar la música, penetrar en ella, respeto…, un sinfín de valores que no se preciaban en otros lugares que habituaba a estar. Quizá surgió una buena química entre él y yo y por esto me hizo descubrir que la música no sólo era la interpretación o la visión de esos 12 sonidos, sino el interior, el “alma” de todos ellos.
No sería justo no nombrar al resto de profesores que también marcaron un punto en mi carrera, como lo son: Amando Blanquer, Eduardo Cifre, Manuel Tomás, Perfecto García Chornet, y otros muchos.
Con toda esta formación y después de tantos conciertos realizados con el piano, e influenciado por Jef Penders, vino la época de escribir música, de componer. Esta dedicación que comenzó siendo un juego, se convertía en una necesidad. Mi música se interpretaba, daba placer, me pedían obras, me encargaban, sentía que estaba aportando cosas interesantes con la música, lo cual todo esto me “enganchaba” para desarrollar profesionalmente en primer lugar la composición.
Hoy en día ya es, para mi, una necesidad vital de comunicación y de trasmitir sentimientos.
E.R.M. Como compositor, es autor de numerosas obras, música sinfónica, camerística, etc. ¿cómo consigue tanta inspiración?
F.F. Me siento muy feliz haciendo música, no deja de ser una necesidad de todos los días como una energía que debo extraerla de mi. Como me decía mi maestro, “la música debe salir del corazón”, los elementos técnicos para la elaboración de las obras son necesarios pero siempre al servicio de la “música”, el mensaje final o resultante es el necesario, la emoción es el elemento más primordial, me gusta conseguir que el intérprete y el público se sobreexcite y sienta una paz cuando escucha mi música.
Si componer me hace feliz, saber que el público e intérprete es feliz cuando escucha mi música me hace doblemente satisfecho, es el objetivo cumplido. Esta es la mayor motivación que me encuentro todos los días, hacer algo provechoso evolucionando la música y motivando a las personas en su afán de satisfacción.
E.R.M. Usted es Catedrático de Composición, ¿qué consejos daría a los jóvenes estudiantes de composición?
F.F. Que aprendan a comprender el mensaje de la música. La música es una “magia” que cada uno debe encontrarla por sí mismo ayudado y motivado por sus guías o profesores.
Que crean en ella, porque esta les hará feliz, y que también crean en sus educadores, porque estos son músicos más experimentados que llevan por delante mucho más camino recorrido y esto hará que ellos puedan alcanzar los “atajos”, sin impedimentos y “baches”.
Y lo más primordial es, que sean buenas personas, humildes y que traten de ayudarse unos a los otros. Todos sabemos un poco de mucho y al unir todas nuestras energías, el producto será más satisfactorio y placentero.
”La música es la mejor amiga que te puedes encontrar, nunca te va a defraudar, siempre te va a ofrecer un mensaje de paz, felicidad y de entusiasmo”.
Deben creer en esto, siempre te acompañará y te ilusionará, y la vida sin ilusión no es vida. Hay que ser constante, perfeccionista y organizado, marcando estas disciplinas el estudiante de música conseguirá lo que se proponga. Mi consejo es que se cautiven en ella porque siempre tendrán ese lugar encantado para regocijarse y encontrar esa felicidad que la música nos brinda.
“Continuar en este arte, que conseguiréis una satisfacción que difícil es de encontrar en otros estados”
E.R.M. Sus obras son de obligada interpretación en numerosos concursos nacionales e internacionales, ¿cómo lleva la responsabilidad de ser un referente de la escritura compositiva para banda?
F.F. Mi música es muy solicitada, ésta se interpreta con bastante regularidad en todo el mundo. Entonces tengo un compromiso social con el intérprete, tengo que servirles de algo que les hace feliz.
Pero el mayor compromiso, y siempre ha sido un “mandamiento” que yo me he propuesto, es hacer siempre buena música. Una música bien construida con coherencia y buena técnica, pero primordialmente que siempre exista “música” en mis trabajos.
Nunca me gustaría transmitir stress…, realmente con mi música quiero ofrecer paz, una sensación de bienestar y felicidad, quiero divertir con mi música tanto al interprete como al oyente…, en definitiva transmitir “placer”.
Lo primero que hay que conseguir es este sello particular, este “definir” tu música y que sea reconocible. Esto se consigue trabajando, pero trabajando mucho. Produciendo a diario, creo que es la única manera de conseguir ese sello particular. La constancia y persistencia son unos valores necesarios para el bien de todos los trabajos. Esto hace posible ser uno mismo, conocerse hasta el fondo.
Yo pienso que con mi lenguaje, dentro de la literatura para orquesta de vientos y percusión, ha habido un antes y un después. Esto significa que he conseguido una evolución, una innovación. Me ha gustado “fusionar” varias estéticas, lo cual ha habido novedad para el “instrumento banda”. He trabajado duro con esta estética y he conseguido sacar colores que antes no existían. Las generaciones siguientes ya han utilizado estas técnicas y por supuesto ellos también han innovado en otras.
Todos los compositores somos necesarios para evolucionar el lenguaje, aportando cada uno de ellos ese “pequeño granito de arena”.
Con mi fusión me he encontrado muy bien trabajando, el resultado es magnífico y creo que todavía falta evolucionar este y es por esto que continuo trabajando en ello.
Siempre he tratado que mi lenguaje tenga valor, quiero decir valor a que este sea exclusivo. La música que sale del interior de la persona “la música construida con el corazón” es única, pretendo decir con esto, que si dos compositores componen de esta manera, crean una música particular en cada uno de ellos. A diferencia de los que componen sobre una base técnica utilizando métodos del “azar”, el resultado que se forma no es particular, es consecuencia de esos métodos, que si esta base técnica es utilizada por varios compositores, aunque el lenguaje sea diferente el “color” es el mismo. Lo cual, a mi modo de ver, y es una opinión muy particular, no tiene valor. Cualquier compositor que disponga de técnica puede crear, pero no puede alcanzar y transmitir esa “pasión” tan particular.
Con todo esto tengo muchos seguidores, alumnos que están investigando y trabajando en esta línea para conseguir esa emoción necesaria en el arte, el transmitir “magia”, a ellos les encanta y ven que el resto disfruta de esta labor. Yo debo continuar pronunciándome en este camino, y enseñar y mostrar todo aquello necesario para conseguir este fin.
E.R.M. Dedica también mucho tiempo a la dirección de bandas, ¿qué le aporta dicho trabajo?
F.F. El dirigir es un trabajo paralelo, no necesario pero en el mismo sentido. El director debe ver aquello que no está en la partitura, el interior de esta, que realmente es el pensamiento del compositor.
Yo me formé en ambas especialidades, si la de componer es emocionar escribiendo, la de director es la de emocionar sacando todo lo que allí está escrito para transmitir, en primer lugar al intérprete y después a un público. Las dos facetas me apasionan, y por supuesto ambas son necesarias, no se podría dirigir si no existe la música escrita.
El dirigir me hace estar más cerca del intérprete, ver sus necesidades e inquietudes para yo después enfrentarme a ese “papel en blanco”, de este modo consigo componer una música quizá, más a la medida de la necesidad del momento, tratando de evolucionar siempre para llevar a las bandas de música a conseguir ese “sinfonismo” que deseo en estas orquestas, para que así ocupen ese lugar de concierto y trasladarlas a los auditorios de prestigio, y por supuesto, que no tengan que “envidiar” a las orquestas sinfónicas que ocupan ese lugar “privilegiado”.
Las bandas u orquestas de viento ya lo están consiguiendo, ahora mismo se escribe con más elaboración e interés composiciones para estas formaciones, sinfonías, poemas sinfónicos, etc., de niveles altísimos en cuanto a composición, sin desmerecer para nada a estas agrupaciones de viento y por supuesto, ya ocupando su espacio en los auditorios.
E.R.M. Usted es Principal Director Invitado de la Banda Sinfónica “Simón Bolívar” de Venezuela, ¿qué destacaría de dicha actividad?
F.F. El primer programa que hice fue entre otras mi 3ª Sinfonía “The Great Spirit”, un reto importante para ellos porque no habían interpretado una obra tan difícil, fue fenomenal el trabajo realizado y quedaron muy satisfechos de mi presencia, tanto es así que me nombraron principal director invitado.
Para mi ese hecho fue muy satisfactorio y su propuesta fue, que yo acudiera dos veces al año a dirigir un programa, lo cual les informé que eso era imposible para mi por mi apretada agenda y sólo les pude complacer haciendo un solo programa por temporada, que aceptaron quedando así el trato.
Siempre he tratado de hacer un repertorio sinfónico de alta calidad, sirviendo de reto e interpretándolo con la mayor calidad posible, visto desde el punto de vista del creador que es el que más a fondo conoce la partitura. Esto les aporta mucho, estar cerca del compositor y explicarles como se concibe una obra, como se escribe. Porque y de que manera, y como deben afrontar una partitura para interpretarla con la máxima perfección posible, tratando de emocionar y transmitir la “magia” que el compositor trata de plasmar en su escritura.
El trabajo es muy duro. Ellos ensayan todo el día desde las nueve de la mañana y hasta las seis de la tarde, con sus descansos, claro, así han pasado toda su vida desde que tienen 6 años y les dan un instrumento. Sus edades rondan desde los 17 años y hasta 26 más o menos.
Yo trataba de dirigir el trabajo, allí está el director titular, su asistente, también los jefes de cuerda, con todo este equipo podía hacer “seccionales” como ellos dicen, haciéndose cargo todo este equipo de jóvenes, que lo más grande, debo decir, es la ilusión por trabajar, hacer música y sacar lo máximo de ellos mismos.
El resultado es espectacular, porque tratan de hacer muy bien su trabajo, sus conciertos, sus expectativas son muy altas y tratan de conseguirlo. Es un poco lo que decía antes. Allí en Venezuela priman las orquestas sinfónicas y ya con esta banda, la primera formada en el país, quieren que se comporte del mismo modo que las orquestas. Conciertos con seriedad, los auditorios llenos de publico y los programas muy estudiados para darle ese “sinfonismo” que tan perfectamente pueden hacer las orquestas de viento.
E.R.M. ¿Cree que las redes sociales son una buena plataforma para difundir la música clásica?
F.F. Por supuesto que sí. Las redes sociales son una herramienta que nos acerca al mundo. Todavía recuerdo enviar paquetes de partituras a Colombia costando mucho dinero el envío, por el peso, y además tardaba como dos meses en llegar, porque se enviaban por barco. Hoy el envío es por mail, y en segundos llegan las partituras y a coste cero.
Esto es solo un pequeño ejemplo de cómo ha evolucionado la promoción y la divulgación de las obras.
Me hace muy feliz ver como mis mismos alumnos, que prácticamente no se les conoce, por su temprana edad y poco catálogo, ya son interpretados por todo el mundo, y esto no cabe duda, que es porque con todas las redes sociales, ya no hay distancia, todos estamos cerca y con un click nos enteramos de las últimas novedades escritas y de lo que se necesita en cada momento para interpretarse en concierto.
Indiscutiblemente una herramienta necesaria hoy en día.
E.R.M. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
F.F. Como compositor ahora mismo estoy trabajando en un “Vals” sinfónico que estreno el próximo mes de Noviembre, este va a ser “belleza pura”.
Tengo tres encargos más que me vienen de Italia, el más inmediato es una fantasía que se titulará “ Chanson per el novel an”, que se estrena el próximo mes de Enero de 2015 y también en el mismo año pero en abril se estrenará un concierto que llevará por título “Davide e Golia” y para 2016 un Cuento Sinfónico titulado “Il Gatto con gli Stivali”.
Como director, ahora mismo escribiendo esta entrevista me encuentro en Portugal porque dirijo este sábado aquí en la ciudad de Torres Novas. El próximo día 3 de octubre dirijo en el Palau de la Música de Valencia a la Orquesta Sinfónica de Valencia, y en el próximo año ya tengo dos conciertos en Italia. Y así digo todo esto de memoria, porque seguro que alguna cosa hay más por ahí que no recuerdo.
E.R.M. ¿Qué obra elegiría como regalo musical para nuestros lectores?
F.F. Cualquiera podría ser perfecta, pero prefiero dedicaros mi suite sinfónica PINOCCHIO o el Cuento Sinfónico LAS AVENTURAS DEL PRINCIPITO, porque estas dos están llenas de emoción y consiguen trasmitir felicidad y humanidad, elementos necesarios que nos hacen falta en el mundo de hoy en día.
Muchas gracias por haberme brindado esta oportunidad de trasmitiros mis inquietudes y comunicarme en vuestro espacio con todos los amantes de la música.
De verdad que me hace muy feliz todo esto. MUCHAS GRACIAS
Disfrutemos de la maravillosa música de Ferrer Ferran…
Agradececemos profundamante a Ferrer Ferran su amabilidad y su tiempo para concedernos esta entrevista.