Entrevistamos al director de orquesta Ramón Tebar

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Hoy tenemos el honor de entrevistar en nuestro blog a Ramón Tebar, Director Principal de la Ópera de Florida, Director Musical y Artístico de la Palm Beach Symphony, Director Musical del Festival de Música de Santo Domingo y Director Artístico de la Ópera de Naples, EEUU.
 
 
 
El Regalo Musical ¿Cómo se inició en el mundo de la música? 
 
Ramón Tebar De dos formas, tocando el piano de oído y el laúd, bandurria y guitarra en la Sociedad Musical de mi barrio. El piano de oído fue lo primero que empecé a tocar, los otros instrumentos porque, para no hacerlo muy largo, mi padre salvó la vida a un vecino nuestro llevándolo al hospital después de un ataque al corazón. Nuestro vecino era luthier, y como agradecimiento nos regaló un laúd, una bandurria y una guitarra. Empecé con el laúd, pero mis brazos no llegaban a todas las notas del mástil, seguí con la guitarra y aun no me llegaban los brazos, así es que terminé con la bandurria. De todas formas, lo que me magnetizo fue el piano, y el día que mis padres quisieron comprarme un nuevo instrumento, le aconsejaron que me llevaran a clases de música. Ahí empezó todo.
 
 
 
E.R.M. Usted fue Director Asistente de la JONDE, ¿cómo es trabajar con jóvenes músicos? 
 
R.T. Muy gratificante. Cuando fui asistente de la JONDE yo era de la misma edad de todos, pues hay un limite de edad, así es que siempre me consideré uno más. Ahora mismo, sigo considerándome un joven músico, tengo 35 años, y creo que como director, uno sigue siendo joven al menos hasta los 60 años, entonces llega la verdadera madurez, mientras tanto, me gusta pensar que uno está aún haciendo escuela. 
 
Pero eso sí, hay una diferencia principal que siempre me ha llamado la atención al trabajar con músicos jóvenes y generalmente en un ambiente «no profesional», y es el entusiasmo, la alegría, la voluntad, el disfrute por hacer música, etc… creo que todos nos deberíamos quedar en esa fase por el resto de nuestro camino como músicos.
 
Desgraciadamente, muchas veces, cuando muchos de estos jóvenes entran en el mundo «profesional» (teérmino que odio en el contexto artístico-musical), esta profesionalidad muchas veces absorbe tanta energía que se pierde la frescura y muchos olvidan el por qué nos dedicamos a este mundo, y añadiría, en mi humilde opinión personal, no debería ser el dinero o cómo sustentarse.
 
 
 
E.R.M. ¿Qué destacaría de su mentor Phillipe Entremont? 
 
R.T. Lo conocí en 2007 y fue muy generoso conmigo la primera vez que me vio dirigir en EEU. No tardó en invitarme a dirigir la orquesta en su programa de jóvenes pianistas, y mas tarde me invito como asistente del Festival de Santo Domingo (del que fue miembro fundador y Director titular hasta 2011, y del que le he sucedido en el cargo). Un pianista excepcional, músico consumado, y director de orquesta. Conmigo compartió tanta sabiduría musical, experiencias de su pasado, valiosísimos consejos. Hemos mantenido muchísimas y larguísimas conversaciones por años. Es un músico que trabajó con todos los grandes directores del pasado (como Ormandy, Bernstein,…) y todas las mejores orquestas del mundo. Él siempre hablaba como solista y como director, es decir, como un músico completo, pues ha estado arriba y abajo del podio al más grande nivel.
 
 
 
 
E.R.M. ¿Cómo fue su “salto” a Estados Unidos? 
 
R.T. Bruno Aprea, catedrático de dirección de orquesta la Accademia Santa Cecilia de Roma y que había conocido en unos cursos de dirección en León, me invitó a estudiar con él en Roma. No habían pasado más que unos meses cuando lo nombraron Director Artistic de Palm Beach Opera y me ofreció un contrato para ir como Director Asistente. No me lo pensé dos veces. Sin duda, la invitación de Aprea fue el primer «salto» a EEUU.
 
 
E.R.M. Usted es el primer director español en ser Titular de una gran compañía de ópera americana, ¿qué supuso para usted? 
 
R.T. Es mucho orgullo para mi, pero no deja de ser anecdótico. Directores españoles han tenido siempre presencia en EEUU. Jordá en San Francisco Symphony, Theo Alcantara como Director principal invitado de Cincinnati Opera, otros habituales como Frubeck de Burgos, López Cobos en Cincinnati Symphony o Plácido Domingo, que empezó su vertiente como gerente de teatros como Director Artistico de Washington y Los Ángeles. Así es que cuando me dijeron que nunca un español había sido Director Musical de un teatro de ópera, y menos aún de las consideradas de nivel 1 en EEUU como lo es Florida Grand Opera en Miami, me dió mucha alegría la anécdota. ¿Qué podría haber hecho en contra, verdad? jajaja…A lo anecdótico se junta que ahora soy Director titular y artístico de otro teatro en EEUU, en la ciudad de Naples. 
 
 
 
E.R.M. Recientemente ha sido nombrado Director Artístico de la Ópera de Naples, EEUU. ¿Cómo afronta este nuevo trabajo? 
 
R.T. Con muchas ganas e ilusión. Naples no es una ciudad tan grande como Miami, pero sin embargo en estos últimos años están invirtiendo mucho en las artes. Han construido una sala nueva en el marco de un complejo que es teatro-auditorio-museo. Es muy interesante lo que esta pasando allí. Cuando me ofrecieron formar parte de este proyecto a partir de este año, que es el 10 aniversario de la fundación, me entusiasmó la idea de crear algo, y de hacer de lo que en principio empezó como un proyecto regional a algo más internacional. Ya solo esta primera temporada hacemos 5 producciones y 2 series de masterclasses y recitales. Más que nunca antes, y traemos a cantantes internacionales de la talla de Maria Guleghina, Gregory Kunde, Lana Kos, Isabel Rey, Eglise Gutierrez, etc..esta primera temporada hay ya no solo un salto cuantitavo sino cualitativo. 
 
 
 
E.R.M. Dirige a las más prestigiosas orquestas de todo el mundo, ¿cómo se organiza ante tanta actividad? 
 
R.T. Es una cuestión de organizar bien los calendarios, y tengo a mi esposa y mis managers que me ayudan. Yo solo no podría. 
 
 
 
E.R.M. ¿Qué consejos daría a los jóvenes que se inician en la dirección de orquesta? 
 
R.T. Que sigan sus instintos. Conozco a colegas, amigos, músicos, estudiantes que preguntan qué hay que hacer para ser director. No lo sé, sinceramente creo que no hay un método. Para empezar, creo firmemente que se nace director, y en el fondo, creo que un director lo sabe, lo siente, lo intuye. Estudio, dedicación, fuerza de voluntad, amor y pasión por la música son imprescindibles, todo esto es importantísimo. 
Siempre digo que no se puede seguir un método, aunque si creo que hay ciertas cosas que pueden facilitar el camino. De una cosa si que estoy rotundamente convencido, y es de que la mejor escuela para un director es el teatro. Mi instrumento, el piano, me ayudó muchísimo. Empecé en el teatro como repertorista desde muy jovencito, apenas 15 años, acompañando de vez en cuando ópera y oratorio para el Coro de Valencia, haciendo mucha música de cámara y también con cantantes, tocaba para todas las audiciones que se necesitaba un pianista que acompañara. Tenia la fortuna de leer muy bien a primera vista, lo que me facilitaba también las cosas, pero aun así, siempre estaba dispuesto para casi todo lo que me llamaban (entre las cosas mas raras que recuerdo es estar tocando recitativos en un Barbero de Sevilla mientras una modelo brasileña hacia un streaptease encima de la banqueta del piano conmigo tocando o grabar una obra de Carles Santos en la que solo conseguimos el efecto deseado cuando rompimos la tapa del piano de cola). 
 
Estar siempre metido en casi todo lo que pasaba musicalmente en mi ciudad durante mis primeros años de formación me fue casi mas útil que el Conservatorio mismo. Después de todo esto, aun me acuerdo del primer cumplido que me hizo un famoso director. Me llamaron del Palau de la Música de Valencia, un viernes a las ocho de la noche: «Jose Ramon, tienes que estar aquí mañana sábado a las 10 de la mañana para tocar el ensayo musical de Luisa Miller con Lorin Maazel». Ni conocía Luisa Miller, ni tenia tiempo para estudiarla. Yo vivía en un piso en Valencia y a esa hora imposible estudiar. Así es que fui al Palau, cogí la partitura unas horas antes, y me acordaré siempre del «Muy bien» que me dijo en castellano el maestro después del ensayo. Pocos cumplidos suenan tan bien en circunstancias semejantes y viniendo de un director así. Era la primera vez que el maestro Maazel dirigía opera en España. ¿Curioso, eh? jaja…
 
En definitiva, me fui a EEUU como Director Asistente y coach, y las primeras óperas que dirigí fueron sin ensayo (Madame Butterfly; Italiana in Algeri; La Boheme;…imagínese, Puccini sin ensayar…). Hace unos días me hizo mucha gracia leer la famosa carta de Carlos Kleiber en la que aconseja a un músico que quería ser director, que después de todo esto, «if you don’t blow it, you’re in» (que traducido al castellano podría ser algo como…»si no la cagas, estas dentro»). 
 
 
E.R.M. ¿Próximos proyectos? 
 
R.T. Conciertos sinfónicos en Perú, debut con la Orquesta Nacional de España, con la JONDE, Orquesta de Bilbao, Oviedo, Holanda, y mi orquesta en Palm Beach. Más ópera en Cincinnati con Trovatore, A Coruña, Viena,… a parte de Butterfly y Cosi fan tutte en Miami, La boheme, Cosi fan tutte y un concierto con Guleghina y Kunde en Naples. Conciertos con Vadim Repin, Javier Perianes, Lawrence Brownlee, Nelson Goerner, Joshua Bell, Leo Nucci, Joseph Calleja…
 
 
 
E.R.M. ¿Qué obra elegiría como regalo musical para nuestros lectores?
 
R.T. El concierto para violín de Brahms. 
 
 

 
 
Agradecemos profundamente a Ramón Tebar su tiempo y gentileza para concedernos esta entrevista y a Carolina Escárate, de Conciertos Augusto las facilidades que nos ha dado para poder realizarla.
 
 

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