Tal día como hoy en 1883 fallecía en Venecia el genio alemán de la música Richard Wagner.
Además de compositor, fue director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical.
Sus óperas son auténticas obras maestras de la música. A diferencia de otros compositores, que dejaban la tarea de escribir el libreto a otros, Wagner escribía sus propios libretos y se encargaba de la escenografía.
En sus óperas el papel de la orquesta es igual de importante que el de los cantantes, incluyendo también leitmotivs: temas musicales que se interpretan para representar a personajes específicos, localizaciones, etc.
Tal era la influencia de Wagner en aquella época que hizo construir su propio teatro de ópera, en Bayreuth, para escenificar sus obras del modo en que él las imaginaba.
Algunas de sus óperas fueron: Tannhäuser, Lohengrin, El holandés errante, etc. Destacan sus cuatro óperas que forman el Anillo del Nibelungo: El ocaso de los dioses, El oro del Rin, La Walkiria y Sigfrido.
Subamos los altavoces y disfrutemos con su Cabalgata de las Walkirias.